Cuando tuve la tienda esotérica, era común que llegaran clientes desesperados por encontrar a esa persona que les amara profundamente y los hiciera felices.
Solía pasar, con frecuencia, que yo recomendaba una serie de pasos a seguir para que mis clientes encontraran a esa persona especial, y…
¡OH, sorpresa!
Regresaban a mí un tiempo después, en una nueva búsqueda porque sí, todos los pasos seguidos dieron el resultado esperado y la pareja que creían perfecta llegó pero con miles de defectos que causaban mucha infelicidad.
Y entonces, tal como si yo fuera terapeuta de amor —porque, a veces, trabajando en ese medio espiritual acaba uno siendo consejera, bruja y demás—, empezaba a indagar cómo esa persona hizo sus peticiones.
Las respuestas, eran alarmantes:
—Entonces, ¿Qué pediste? —preguntaba yo.
—Un novio que me quisiera —respondía ella. Casi todas decían lo mismo—. ¡Y llegó! ¡Pero es un tipo sin aspiraciones!
¡Súper celoso!
¡Poco familiar!
¡Gordo!
¡Flaco!
¡Alto!
¡Bajo!
¡Con mal aliento!
¡Mal sexo!
¡Fuma!
¡No sabe bailar!
¡Poco conversador!
¡Amante en exceso de los deportes!
¡Infiel!
¡Maltratador!
Etc. Etc. Etc.
Finalmente, cuando terminaban de quejarse por su mal encuentro, yo les hacía la pregunta clave:
—¿Lo pediste tal cual como lo querías? ¿Lo imaginaste? ¿Lo sentiste?
Ninguna lo hacía al primer intento y por ello, todas fallaban —incluyéndome, porque también tuve mis pasados escabrosos en el amor—.
Jess
¡Wow! Es verdad, y justo hace poco, en esos momentos en el que te preguntas el por qué de muchas cosas, fue que pensé que puede que la mayoría de las veces deseamos tanto algo que ni si quiera sabemos realmente lo que queremos, así que cuando nos llega, nos damos cuenta de que no era lo que queríamos.
También noté que siempre que veía alguna película y me enamoraba del protagonista, lo buscaba en redes (al actor) y era entonces cuando algo me desencantaba. Hasta que note que no era del actor de quien me enamoraba, si no del personaje… así que sin duda, se podría juntar la personalidad de algunos personajes + los detalles físicos que más nos gusten y por qué no, sumarle algún otro detalle o característica que siempre hemos soñado. En lo personal, soy tan enamoradiza que me gustan millones de personajes que hasta se me complica recordarlos y nombrarlos. Pero el último que más recuerdo y que amé con locura, es el nuevo personaje de E.L James; Maxim Trevelyan de la novela Mister 😍 aunque, quiero aclarar que cada que leo alguna novela, mi mente pasa de largo los detalles físicos de los personajes, no todos, pero sí me cuesta imaginar las caras de estos. Así que termino enamorándome más de la forma de ser, que de un físico, quizás mi mente ya tiene a su chico ideal que por eso todos los personajes que me gustan los relaciono con ese físico ya creado en mi mente 😅
Stefania Gil
¡Jess! No había visto este mensaje O.O ¡Perdóname! Pues sí, entiendo lo de tu enamoramiento, yo soy así también cuando me engancho a algún personaje. La última vez fue a los Hermanos Winchester jajajaajaj Entre los dos haría un personaje perfecto jajajaj en cuanto a los del físico, es interesante que menciones que no le haces caso si hay alguna descripción, yo como lectora me creo una imagen que no sabría describirte pero que sé perfectamente cómo es, aunque eso suena muy confuso, lo sé 🙂 Como escritora, casi no pongo detalles físicos. Me gusta que sea la personalidad de los personajes quien invite al lector para formar un físico. Es lo que yo hago como lectora, me pasa como a ti.
Gracias por pasarte, leer y comentar.